Recordaremos este tiempo, cuando la perspectiva de su paso permita mirar con objetividad, como el de la solidaridad, la paciencia, los aplausos a las ocho de la noche, las cifras y los libros.
Este Día Internacional del Libro se celebra, contra todo pronóstico imaginable, sin ferias, sin ramblas llenas de rosas, sin escritores dedicando sus obras. Y, sin embargo, es en estos días de confinamiento cuando los libros han vuelto a adquirir protagonismo. Tal vez porque ya no vale la excusa de que “no tengo tiempo para leer”, o tal vez porque nos hemos dado cuenta de que la lectura es una puerta abierta cuando otras han de permanecer cerradas.
La industria literaria siempre se ha quejado de que se lee poco. Curiosamente en un país con una de las más potentes industrias editoriales y cuna de la obra literaria más traducida a todos los idiomas después de la Biblia: El quijote. Pero una cosa no tiene que ver mucho con la otra, o por lo menos así parece. No obstante los libros siempre han estado presentes en el mundo cultural de nuestro país, de nuestra región, de nuestra ciudad o pueblo. Las bibliotecas municipales ofrecen toda una pléyade de posibilidades a los lectores que quieren acercarse a ellas y conocer que hay detrás de esos títulos tan atractivos.
Hay vida literaria y editorial en España. Desde hace unos años las editoriales pequeñas, las llamadas independientes, apostaron por apoyar un tipo de literatura fuera de los circuitos comerciales por todos conocidos, y dar luz a escritoras, escritores y poetas que tienen mucho que contar y lo hacen muy bien. Editoriales que han colaborado en esta dura etapa poniendo gratuitamente sus títulos al servicio de la ciudadanía, para así aliviar el paso de los días, algunas veces tedioso.
Vivimos en la sociedad de la tecnología, es verdad. La imagen viva ha adquirido una relevancia importante a la hora de narrar historias, pero no por ello debemos de dejar de leer. La lectura tiene una gran ventaja frente al cine o la televisión: permite despertar nuestra imaginación a través de nuestra voluntad. La historia que nos llega la elabora nuestra mente, no nos la dan hecha. Y la imaginación, bien lo sabemos, es capaz de darnos alas para volar, lejos, muy lejos, incluso cuando una pandemia nos obliga día tras día a permanecer en nuestro hogar.
Este año se conmemora el centenario de la muerte de uno de los escritores considerados mejores en lengua castellana, junto con Cervantes. Hablamos de Benito Pérez Galdós. Homenajes y exposiciones hacia este autor se han visto abortadas por la llegada de este virus, pero no por ello la ciudadanía debe dejar de pasar la ocasión de leer cualquiera de las maravillosas obras del escritor canario afincado en Madrid. Estos días son una gran oportunidad para salir a recorrer las calles de Madrid de la mano de esos personajes galdosianos inolvidables.Como dijo el gran Miguel de Cervantes, cuyo aniversario de su fallecimiento se conmemora hoy: «El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho». Andar mucho aún no podemos, pero leer… ¿Quién nos lo impide?